Teatro Nacional: Los
convencionalismos de la época y el rol de la mujer
Las de Barranco (1908) es una obra de teatro perteneciente al
género grotesco criollo y escrita por Gregorio Laferrére, intelectual que es
parte de la denominada Generación del
80’ que da origen al teatro argentino.
Las de Barranco retrata un cuadro de época, pintado con
minuciosos trazos de realismo, en donde tanto la acción como los personajes y
su lenguaje se presentan con naturalidad, en el contexto de la vida cotidiana.
Y es a través de los diálogos, en su expresión viva bajo la forma de un habla
coloquial, que el autor logra introducirnos en el imaginario de una clase
porteña acomodada, que hacia fines del siglo XIX se ve profundamente afectada
por transformaciones sociales y económicas. En medio de este contexto, la obra
aparece, reflejando la vida de una familia que ha descendido en su posición
social o que se encuentra “venida a
menos” y que a cualquier precio tratará de salvar las apariencias.
Argumento: Doña
María, la madre, y Carmen, Pepa y Manuela, las hijas, viven en aprietos
económicos por la muerte del padre, el capitán Barranco, quien les ha dejado
una modesta pensión que apenas les alcanza para subsistir. En un intento de
aumentar los magros ingresos, alquilan habitaciones a dos pensionistas, a
quienes doña María trata de sacar provecho por medio de pedidos que incita a
hacer a sus hijas casaderas a todo aquel que pudiera ser de “buen provecho”. El principal anzuelo es
Carmen, cuyo carácter prudente y conducta decorosa la enfrentan con la madre.
Hasta que Carmen, que se ha enamorado de Linares, uno de los inquilinos, se
rebela.
La contrapartida
aparece en la figura de la hija mayor, Carmen. Sin ninguna duda, ésta última,
es la elegida por el dramaturgo como su criatura predilecta, en la cual
deposita todas sus esperanzas. Y es en esta lucha de universos opuestos, que el
autor nos ofrece una mirada crítica acerca del mundo en el que le toca vivir.
La trama se
entreteje a partir de constantes cruces entre lo trágico y lo cómico, logrando
un acertado ritmo dramático, que se sostiene en toda la obra.
Para que puedan
conectarse con parte de la obra, les compartimos un audio con uno de los tantos
diálogos entre Doña María y su hija Carmen:
https://youtu.be/jxSHs4uic30
La sociedad de la
apariencia
Laferrere, a través de una mirada lúcida y muy crítica,
explora el pulso de una sociedad que en su búsqueda de una apariencia digna,
termina cayendo en la indignidad moral. Su dramaturgia nos retrata una imagen de la sociedad de principios del siglo XX
caracterizada por la situación de las mujeres en ese contexto y la "viveza
criolla" de una mujer viuda y desesperada por sostener su estándar de vida
ante una magra pensión, apelando a la utilización de la juventud de sus hijas.
En la sociedad porteña de comienzo de siglo, tenían plena
vigencia los convencionalismos sociales. En cierto nivel, el padre era el único
sostén del hogar. Si éste llegaba a faltar, salvo en el caso de que se heredara
una fortuna, se producía el desastre: la familia se encontraba, de buenas a
primeras, sin sus medios de vida acostumbrados, y debía hacer equilibrio para
mantener las apariencias de un bienestar que pertenecía al pasado. En esa
época, las mujeres de la clase media, salvo rarísimas excepciones, no
trabajaban fuera de su casa. Algunas se defendían haciendo labores en su
domicilio o al alquiler de alguna pieza que les sobraba, como en el caso de la
obra.
Por si quieren leer la obra, les compartimos el siguiente
link:
Si les interesa conocer sobre la vida del autor, pueden
visitar el siguiente portal:
Les proponemos que observen cualquiera de las siguientes
imágenes referidas a “La guía de la buena esposa” que nos remiten a los
convencionalismos y al rol de la mujer:
Þ
¿Cuáles creen que han cambiado en la actualidad?
Þ
¿Qué tipo de nuevos convencionalismos pueden
mencionar relacionados con el rol de la mujer?